Su personalidad humilde, sencilla, alegre, de sonrisa permanente, atesoraba a un hombre de inteligencia natural y visión singular que creó y elevó al más alto nivel la industria naviera de la República Dominicana.
Comenzó pobre, como un obrero del muelle de San Pedro de Macorís a donde se trasladó la familia desde su natal, Samaná, y obtuvo su primer empleo siendo un adolescente en el que confió la oficina de Rafael Dalmau, de esa localidad.
Desde entonces vivió prácticamente junto al mar, más bronceada su piel de por sí oscura por el candente sol del Caribe. Y fue convirtiéndose en el más experto exportador por lo que el tirano Rafael Trujillo lo comisionó para abrir la naviera nacional con el propósito de transportar frutos a diferentes puertos caribeños.
Ramón Emilio Mella Martí (Don Tito), se convirtió en pionero y propulsor de la industria náutica del país. Fundó la Agencia Mella, que representó aquí a Comco Line, Picor Line, Surinam Shipping Ltd., Antillean Marine Shipping Corp., Grace Line, entre otras.
Cercano al puerto, en la calle Cambronal esquina Malecón, estuvo su “Edificio Mella”, con parqueo soterrado que aún se mantiene, donde no solo atendía sus funciones de presidente fundador de Marítima y Comercial, originalmente “Agencia Mella”, sino que recibía a dignatarios y otras influyentes personalidades del mundo empresarial, social, político, educativo…
Porque a pesar de que no tuvo formación académica, participó en el surgimiento de dos universidades, la Nacional Pedro Henríquez Ureña y la O&M. Ambas le otorgaron doctorados Honoris Causa. Además, proporcionó becas a estudiantes sin posibilidades económicas para costear sus estudios.
“Su vida fue siempre un escalar hacia metas superiores”, escribió José Diego Pérez en el Listín Diario al reseñar su muerte. Y el locutor Danilo Arzeno leyó una nota póstuma en la que lo describió “honrado, trabajador, humanitario…”.
Se publicó, además, que Mella Martí “se levantó e hizo una fortuna con su trabajo y dedicación y se labró un sitial de prestigio en el país”. Se destacaron sus amplias relaciones sociales y comerciales.
Al inaugurar la calle que lo reconoce, Juan Periche Vidal significó que “desde niño don Tito sintió una atracción especial por el entorno marítimo”, destacando su “experiencia en el manejo de mercancías”.
“Aprendí en el muelle”. Ramón Emilio nació en Samaná (algunos dicen que en Sabana de la Mar) el 27 de marzo de 1907, hijo de Francisco Mella y Cecilia Martí. Cursó estudios primarios en San Pedro de Macorís en cuyo muelle no solo trabajó como obrero sino como intermediario “entre trabajadores y buques”.
En la capital fue mensajero en la Aduana de Santo Domingo y en 1930 era “estibador de goletas y barcos menores”.
Dicen que entre otras personalidades internacionales “se relacionó con los armadores Winston Churchill y el magnate naviero Aristóteles Onassis”.
Fue asesor de la Flota Mercante Dominicana y estuvo entre los fundadores del Club Náutico.
Se casó con Cándida Rosa Escalante. Entre sus hijos se citan a Héctor Vinicio y José Máximo.
Refieren que Mella Martí acuñó un acopio de frases sabias creadas por él que hacen alusión a sus orígenes humildes y a su superación. Expresaba: “Yo solo soy millonario de amigos”, y al enviar a sus hijos a hacer carrera profesional al extranjero exclamaba: “Van a estudiar a la universidad lo que yo aprendí en el muelle”.
Ramón Emilio falleció el 26 de enero de 1991 tras un breve internamiento en la clínica Gómez Patiño. Sus restos fueron sepultados en el cementerio de la avenida Máximo Gómez.
La Avenida Tito Mella
El dos de febrero de 2007 el ayuntamiento del municipio de Santo Domingo Oeste designó con el nombre de Ramón Emilio Mella Martí (Don Tito), un tramo de la autopista 30 de Mayo que termina en el muelle de Haina, inaugurado dos años más tarde. También fue descubierta una tarja. (Los datos para este reportaje fueron tomados de Internet y de diferentes periódicos nacionales).